Пресс-релиз - ¿Cómo Formar a un Piloto?
¿Cómo Formar a un Piloto?
Pensar en largo plazo: una charla honesta sobre cómo formar a un piloto
Buenos días, estimados.
Cuando inscribimos por primera vez a un piloto profesional, casi siempre nos encontramos con un cúmulo de dudas que no se resuelven rápido. Dudas que llevan tiempo, experiencia y, muchas veces, errores. La mayoría se aclaran a medida que la carrera avanza, y es justamente ahí donde aparecen los replanteos… y también algunos lamentos. Porque con el tiempo se puede hacer casi de todo, menos viajar al pasado.
¿Qué es realmente importante en un piloto?
¿Cómo puedo llegar a ser como los mejores, o al menos hacerlo de la mejor manera posible, sin sucumbir en el intento?
No quiero que esto sea una guía paso a paso —de esas hay muchas, y si las quieren me escriben y se las paso—. Esto es más bien una charla en voz alta, una reflexión general sobre preocupaciones que aparecen, una y otra vez, a lo largo de cualquier carrera.
En términos generales e introductorios, solemos coincidir en que hay dos pilares fundamentales en un piloto: la velocidad y el riesgo.
Con el tiempo aprendí algo clave: la velocidad no está en tomar más riesgos, sino en desarrollar habilidades de conducción que permitan manejar de forma más eficiente y consistente. Ahí aparecen esas décimas que todos buscamos.
Las guías suelen marcar como esenciales la trazada y el ritmo, y no discrepo en absoluto. Son básicas, aunque solo por nombrarlas. El problema aparece cuando intentamos sobreconducir, cuando buscamos esas décimas extra a riesgo de romper el auto en una curva o terminar estampados detrás de otro piloto. Ahí entran en juego las habilidades mentales.
Esto, admito, me llevó bastante tiempo entenderlo.
Si queremos aumentar el riesgo, primero debemos tener las mentales bien altas. Se habla de valores cercanos a 80, así que no vayan corriendo a subir el riesgo solo porque pasaron de 50 a 52 en valentía. De esta manera equilibramos los dos factores más visibles: velocidad y riesgo.
Pero hay un tercer aspecto, menos glamoroso, que puede marcar una diferencia enorme a lo largo de la carrera del piloto.
Todos estamos de acuerdo en que para mejorar hay que entrenar habilidades.
La pregunta real es: ¿a qué ritmo?
¿Cómo aprendo mejor?
¿Cómo puedo desarrollar habilidades más rápido y volverme competitivo con el paso del tiempo?
Para responder eso hacen falta dos cosas.
La primera es algo difícil, pero clave: la postergación de la gratificación. Es decir, aceptar no ver resultados inmediatos a cambio de un crecimiento mucho más sólido a futuro.
La segunda es entender que las habilidades personales son las que realmente van a marcar la diferencia con los años.
La inteligencia es fundamental. No por casualidad se repite tanto que hay que enfocarse en llevarla al 100%. La fórmula es simple: cuanta más inteligencia, mayor porcentaje de entrenamiento efectivo en cada sesión.
¿Y las otras habilidades personales para qué sirven?
Para responder eso tengo que entrar en otro tema inevitable: el dinero.
¿Cuánto gana mi piloto? ¿Y en qué debería gastarlo?
Ya tenemos claras algunas prioridades: inteligencia para aprender más rápido, conducción para ser rápidos, mentales para no cometer errores cuando subimos el riesgo. Pero existe un entrenamiento adicional, uno que permite acelerar el desarrollo mucho más que el camino “normal”. Ese entrenamiento extra cuesta dinero.
¿Y cómo se gana más dinero? Con mejores sponsors.
¿Y cómo se consiguen mejores contratos? Con carisma y gestión humana al 100%.
Ahí está el punto. Las habilidades personales completas no solo mejoran el aprendizaje, sino que aumentan de forma notable las posibilidades de maximizar el desarrollo del piloto a lo largo del tiempo.
Sí, es difícil aceptar que durante los primeros dos o tres años de carrera quizá no seamos los mejores si priorizamos inteligencia, carisma y gestión humana. Pero es fundamental entenderlo. Cada uno puede jugar como quiera, claro, pero hay una receta que muchos siguen y que suele funcionar:
Personales → Conducción → Mentales
(Tranquilos, sé que hay matices; no es una guía. Si la quieren, me escriben).
Miren cualquier piloto top U21 en la Nations —competencia que enfrenta a todas las naciones y equilibra por edad—.
¿Lo ven? Ahora miren uno top de la U25.

Y así con casi todos. Siempre hay excepciones, claro. Un piloto de 18 años con conducción y mentales altas probablemente rinda mejor hoy que uno con 80 en personales y 50 en el resto. Por eso hablaba de postergar la gratificación.
Quería compartir esta reflexión porque hay algo que no debemos olvidar: ustedes no son el piloto, ustedes gestionan una carrera deportiva. Y entender esa diferencia lo cambia todo. A veces hay que salir de la gratificación inmediata de ganar una sprint o incluso un campeonato a los 18 años, si eso implica que a los 25 vamos a ser poco competitivos en cualquier otra categoría. Categorias... que tema importante es ese también. En que categoria correr... postergar la gratificación de ir a la F2 con 18 si voy a ganar mas puntos en cualquiera de las F4.
Pensar en largo plazo no es fácil.
Pero casi siempre, marca la diferencia.
Pegaso Driver Development Programme - Season 63 update
Slovenski prevod
Daniel Carrasco se retira tras anuncio de embarazo